Avanzando al nuevo año

La vida es como una maratón. Desde que te empujan en la línea de salida, no paras de avanzar: primero a gatas; luego, por lo general, trotando con ritmo; a golpe de vara al principio, después ya vas tú, más o menos solito. Hay ocasiones en la vida en las que esprintas, otras en las que te paras a recuperar aliento o a contemplar el paisaje, pero siempre en movimiento, siempre avanzando.

Como en cualquier carrera, a lo largo del recorrido se van sucediendo los puestos de avituallamiento. Yo no he corrido nunca una maratón, pero supongo que, en la mente de corredoras y corredores, rebasar estos puestos no solo supone un pequeño aporte de energía y motivación, sino que, indirectamente, son un indicador y, a la vez, un punto de referencia para los logros (el tiempo que se lleva de carrera y la distancia recorrida) y para evaluar lo que queda por delante; un breve instante, un paréntesis, en el que, mientras se refrescan, reflexionar sobre el esfuerzo invertido y reorganizar las fuerzas para los kilómetros restantes.

Aunque algunas y algunos se tomen la carrera de la vida desde un punto de vista competitivo y quemen todas las etapas esprintando entre codazos y zancadillas, por lo general, al grueso de los mortales nos gusta trotar en pelotón y según lo empinado que vaya siendo el terreno, hacerlo con unos o con otros, pero siempre en equipo: tendiendo manos, dando estímulo, con el interés general de que nadie se quede atrás.

En esta noche de avituallamiento que deja atrás la etapa 2024 e inaugura la 2025, quiero desear a todas y todos los que componemos el pelotón en el que tan alegremente trotamos juntos un feliz año nuevo, lleno de sabiduría para saber optimizar fuerzas para culminar los trechos que nos quedan -muchos son empinados y requerirán aunar energías para hacer el camino más fácil a quienes nos siguen (recuerden que no es una competición)- y salud para derrochar y compartir a izquierda y a derecha.

Alcemos esta noche las copas por quienes ya han alacanzado la meta y que, a pesar de no estar físicamente presentes, aún nos sirven de inspiración y motivación para seguir caminando. Por quienes fueron, por quienes somos y quienes vendrán: sigamos trotando juntos, sin romper el pelotón y que cada paso nos acerque a lo mejor de nosotros mismos. ¡Feliz año, amigos! 😉

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